Existen muchas terapias disponibles en este momento en el mundo. La Psicología clásica ha utilizado por mucho tiempo la comprensión intelectual de los eventos como herramienta terapéutica, agregando en algunos casos la rememoración o catarsis emocional. Son las neurociencias las que agregan el cuerpo como elemento básico en la sanación, entendiendo que los archivos traumáticos no solo se guardan en el ámbito mental y emocional sino también en el plano físico del cuerpo y su biología. Es así que un trauma no está solo en la memoria consciente e inconsciente sino también en cluster sensoriomotrices como ya se dijo en alguna o varias partes de nuestro cuerpo.
He observado en los procesos terapéuticos, cómo las personas guardan su dolor, su miedo o su angustia en los órganos internos y también en las extremidades, sin omitir ningún componente corporal y el alivio que manifiestan al realizar sus procesos y eliminar esos archivos dolorosos.
Las terapias con base en las Neurociencias tienen una visión sistémica del tratamiento del estrés, del trauma y por tanto de las Conductas Humanas que nos impiden tener éxito en la vida ya sea en el plano afectivo, social, económico o en la salud. Las terapias de Neurociencias aplicadas buscan en todas ellas la causa que las originó, porque se entiende que un trauma o un evento impactante de la vida, pulsará por el resto de la existencia en cada oportunidad en que se produzca algún estímulo parecido a lo que sucedió en el momento del evento doloroso, por lo que el proceso terapéutico se realiza con la mente, la emoción y el cuerpo y teniendo en consideración que el cerebro no distingue la realidad de la imaginación, por lo que al cambiar una imagen, estamos cambiando en registro del recuerdo doloroso.
“El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética. Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos”- (Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica).
En nuestra vida cotidiana no satisfacemos todas nuestras necesidades dando origen a diversas emociones como frustración, res sentimiento o tristeza. Si logramos re significar esas emociones a través de una expresión artística o contándole a otra persona lo sucedido mantenemos la salud.
“¿Todo conflicto provoca enfermedad? No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología. Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.” (Christian Flèche).
Nuestras Conductas son la consecuencia del conjunto de archivos, mayoritariamente inconscientes, que hemos guardado en la mente en nuestro cerebro emocional, en nuestro cerebro instintivo y en el cuerpo.
Las Terapias de avanzada con base en Neurociencias aplicadas, trabajan en estos niveles, las imágenes en la mente, el cuerpo y las emociones asociadas, liberando estos cluster sensorio motrices y permitiendo la transformación del evento y el cambio del registro doloroso integralmente. Resultado, la remodelación de la Conducta Humana porque las pulsiones inconscientes han cambiado.
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